El versículo de hoy: "Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados - Mateo 5:6 (NVI)
Jesús dijo que los que tienen hambre y sed de justicia serán bendecidos. Para El, hambre de justicia significa tener una ambición santa de la obediencia. Para El, hambre de justicia es tener un ardiente deseo de ser obedientes a Dios en cada área de nuestras vidas.
Cuando tienes hambre, lo único que puedes pensar es en comer. Te obsesionas con la comida. Aunque puedes hacer otras cosas, tu mente siempre piensa de nuevo en comer. El hambre está siempre en el fondo de tu mente.
Cuando tenemos hambre de justicia, deseamos ser obedientes a Dios. Todo lo que hacemos, decimos y pensamos es basado en ese deseo de caminar en rectitud ante Dios. Podemos estar involucrados en otras cosas, pero nuestra mente siempre busca de nuevo a agradar a Dios en todo lo que hacemos.
Hay dos promesas en este versículo. En primer lugar, somos bendecidos cuando tenemos hambre de obediencia. Para ser bendecido necesitamos tener el favor de Dios. El favor de Dios y de nuestra obediencia están conectados.
En segundo lugar, cuando tenemos hambre de una vida recta, estaremos satisfechos. El mundo que nos rodea está lleno de intranquilidad e insatisfacción, pero para aquellos que tienen hambre de obediencia, nos encontramos con alegría.
Dios está listo para bendecir y satisfacer a los que tienen hambre y sed de complacerlo.
Al orar por tu amad@, ora para que desarrolle hambre y sed de obediencia. Pídele a Dios que crezca dentro de él/ella hambre: para la oración, la Palabra de Dios, la adoración y la comunión con otros creyentes. Luego ora para que Dios satisfaga esa hambre.
La oración de la muestra:
Jesús dijo que los que tienen hambre y sed de justicia serán bendecidos. Para El, hambre de justicia significa tener una ambición santa de la obediencia. Para El, hambre de justicia es tener un ardiente deseo de ser obedientes a Dios en cada área de nuestras vidas.
Cuando tienes hambre, lo único que puedes pensar es en comer. Te obsesionas con la comida. Aunque puedes hacer otras cosas, tu mente siempre piensa de nuevo en comer. El hambre está siempre en el fondo de tu mente.
Cuando tenemos hambre de justicia, deseamos ser obedientes a Dios. Todo lo que hacemos, decimos y pensamos es basado en ese deseo de caminar en rectitud ante Dios. Podemos estar involucrados en otras cosas, pero nuestra mente siempre busca de nuevo a agradar a Dios en todo lo que hacemos.
Hay dos promesas en este versículo. En primer lugar, somos bendecidos cuando tenemos hambre de obediencia. Para ser bendecido necesitamos tener el favor de Dios. El favor de Dios y de nuestra obediencia están conectados.
En segundo lugar, cuando tenemos hambre de una vida recta, estaremos satisfechos. El mundo que nos rodea está lleno de intranquilidad e insatisfacción, pero para aquellos que tienen hambre de obediencia, nos encontramos con alegría.
Dios está listo para bendecir y satisfacer a los que tienen hambre y sed de complacerlo.
Al orar por tu amad@, ora para que desarrolle hambre y sed de obediencia. Pídele a Dios que crezca dentro de él/ella hambre: para la oración, la Palabra de Dios, la adoración y la comunión con otros creyentes. Luego ora para que Dios satisfaga esa hambre.
La oración de la muestra:
(Si lo desea, usted puede copiar y pegar el siguiente mensaje, o utilizarlo como un ejemplo para que su amad@ sepa lo que usted está orando por hoy.)
Cariño, hoy estoy orando para que Dios ponga dentro de ti una nueva y profunda hambre de justicia. Estoy orando para que Dios desarrolle en tu interior un nuevo deseo por la oración, la adoración, el estudio bíblico y el compañerismo cristiano. También estoy orando para que Él traiga un nuevo nivel de satisfacción y de bendición en tu vida hoy.
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