lunes, 8 de diciembre de 2014

Matrimonio basado en Cristo.

El matrimonio es una entrega total y un compartir totalmente de la persona total con otra persona, hasta la muerte. El propósito de #Dios es que cuando dos personas se casan deben compartir todo: sus cuerpos, sus posesiones, sus percepciones, sus ideas, sus habilidades, sus problemas, sus éxitos, sus sufrimientos, sus fracasos, etcétera.


El esposo y la esposa son un equipo y lo que cada uno hace debe ser por #amor a la otra persona —o al menos no debe ser en detrimento del otro—. Cada uno debe preocuparse tanto por las necesidades de la otra persona como por las propias (Ef. 5.28; Pr. 31.12, 27).

Los esposos ya no son dos sino una carne, y este concepto de una carne debe manifestarse en maneras prácticas, tangibles y demostrables. Dios no desea que sea solo un concepto abstracto o una teoría idealista sino una realidad concreta. La #intimidad total y la profunda unidad son parte del plan de Dios para un buen matrimonio.

El marido y la mujer pueden ser muy diferentes en algunos aspectos, pero no deben permitir que esas diferencias obstaculicen su unidad porque el p
ropósito de Dios para el matrimonio es la unidad total.

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