Invoqué en mi angustia al Señor, y él me oyó… —Jonás 2:2.
Tal vez has pensado que Dios no puede verte, pero ten
presente que te vé y te oye a ti dondequiera que estés y No hay nada que temer,
porque sin importar lo que hagas, ¡El Señor está siempre presente y atento a
tus necesidades!
No hay que temer a los problemas, porque los ojos del Señor
están sobre nosotros.
Feliz día!
No hay comentarios:
Publicar un comentario