La manera correcta de orar es
derramar tu corazón ante Dios. Ser honesto y abierto con Dios, puesto que Él ya
te conoce mejor de lo que te conoces a ti mismo. Presenta tus peticiones a
Dios, pero ten en mente que Dios sabe lo que es mejor, y no te concederá una
petición que no sea Su voluntad para ti. Expresa tu amor, gratitud, y adoración
a Dios en oración, pero no te preocupes por tener las palabras correctas para
expresarlo. Dios está más interesado en el contenido de tu corazón, que en la
calidad de tus palabras.
La falta de oración demuestra
falta de fe, y falta de confianza en la Palabra de Dios. Oramos para demostrar
nuestra fe en Dios, que Él hará conforme a lo que ha prometido en Su Palabra, y
bendecirá nuestras vidas abundantemente, más de lo que pudiéramos esperar.
La oración se vuelve más
ferviente al consultar al Señor en todos nuestros hechos, al expresar gratitud
sincera y al orar por los demás.
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